Por Francisco Luciano.

Se ha prendido presentar como un éxito rotundo los resultados finales de las primarias del partido de gobierno y para esto se destaca la “alta” concurrencia, en la búsqueda de alimentar la farsa percepción de que son invencibles.

Algunas inconsistencias evidenciadas podrían arrojar dudas razonables sobre la cantidad de votantes informada. Por ejemplo, la votación en Santo Domingo Este y Oeste, donde el oficialismo dijo tener un padrón con 278,000 y 138,000 miembros con derecho al voto, registra votaciones de 65,000 y 35,000 mil electores respectivamente, lo que constituye una muestra de que apenas concurrió a votar entre el 23 y 25% de los convocados. El peso electoral de estos dos municipios arroja razonables dudas sobre la veracidad de que poblaciones menores pudieran haber aportado para elevar el resultado final a un 30% de los inscritos como se ha informado.

Aceptando que en la convención oficialista sufrago un 30 o 33%, debe ser motivo para que los estregas del gobierno se encuentren lejos de celebrar esos resultados y esto así, porque *visto de la manera correcta lo que han tenido es una abstención entre el 67 y 70% y la abstención en el mejor de los casos se produce por desinterés, y en el caso peor por rechazo.*

El razonamiento anterior explica la inversión y empeño por hacer creer, vía la publicidad y la opinión publicada, la fortaleza que en la realidad no tiene el partido oficial y esto quedará demostrado cuando las fuerzas de la oposición le derroten en las urnas, dado su deficiente desempeño gubernamental que tiene a la población desesperada y en total desesperanza.

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