Madres adictas, bebés adictos: qué es el síndrome de abstinencia del recién nacido
El síndrome de abstinencia del recién nacido o síndrome de abstinencia neonatal es un conjunto de problemas que ocurren en un recién nacido que ha estado expuesto a alcohol y drogas adictivas durante el embarazo. Como al feto le llegan las sustancias a través de la placenta, se “acostumbra” a ellas y se convierte en adicto a las mismas.
Por eso al nacer, cuando ya no recibe del cuerpo materno la droga, el bebé sufre consecuencias diversas de su dependencia, que dependerán de varios factores, como el tipo de droga que consume la madre, la cantidad de sustancia a la que ha estado expuesto, si es prematuro o no…
Para un bebé con síndrome de abstinencia los síntomas generalmente empiezan entre uno y tres días después del nacimiento; en ocasiones pueden tardar hasta una semana en aparecer.
Los síntomas del síndrome de abstinencia del recién nacido pueden abarcar: coloración en manchas de la piel, diarrea, llanto excesivo o chillón, irritabilidad, succión excesiva, fiebre, reflejos hiperactivos, aumento del tono muscular, mala alimentación, respiración rápida…
También puede provocar convulsiones y temblores, como vimos hace poco en este impresionante vídeo, problemas para dormir, aumento lento de peso, taponamiento de la nariz, estornudos, sudores, vómitos…
En fin, se trata de síntomas que podemos imaginar en un adulto que “tiene el mono”, como se dice comúnmente, pero difíciles de imaginar y de entender en un bebé indefenso. Además, los efectos de las drogas durante el embarazo pueden llegar a largo plazo para el niño, de modo que no estamos hablando de un síndrome que se cura con tratamiento y ya está.
De hecho, si el equipo médico confirma que un recién nacido muestra síndrome de abstinencia, actuará de diversas maneras según el caso: puede ser necesario hidratar al bebé, si los síntomas son graves pueden ser necesarios medicamentos como la metadona y la morfina…
Todo intentando calmar a un bebé que probablemente no esté tranquilo y no se alimente adecuadamente. La lactancia materna es lo mejor, y si la madre sigue tomando drogas se acudirá a los bancos de leche siempre que sea posible. El síndrome de abstinencia puede durar una semana en el mejor de los casos y hasta seis meses en los peores.
Pero sin duda lo peor es que estos bebés tienen otros efectos graves derivados del consumo de drogas o alcohol por parte de la madre, secuelas que en ocasiones no se curan como pueden ser defectos congénitos, perímetro cefálico pequeño, síndrome de muerte súbita del lactante, problemas del desarrollo y la conducta…
Para prevenir el síndrome de abstinencia del recién nacido la futura madre debe evitar el consumo de drogas y medicamentos sin receta, pedir ayuda si está en ese caso y abandonar los malos hábitos antes, en cuanto se plantea la posibilidad de quedar embarazada.
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