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SANTO DOMINGO.- Luego de una vida desorganizada y matizada por pleitos callejeros, vicios y otras inconductas que lo llevaron a pulgar varios años de prisión en la cárcel de la Victoria, el joven Brayan Pérez Castillo, le ha da dado un giro a su vida teniendo el boxeo como base que lo han convertido en una persona admirada y respetada.

Atrás quedaron los años de malas conductas y malas influencias hoy, Brayan Pérez se ha convertido en un hombre de bien, capaz de aconsejar y contarle su historia a cualquier joven para hacerle entender cuáles son los caminos correctos de la vida.

Hasta principios del año 2012, Brayan, fue protagonista de varios incidentes bochornosos que dieron como resultado su llegada a la cárcel de la victoria donde permaneció por espacio de 5 años.

Cuando fue apresado ya había realizado dos combates como profesional, sin embargo pensó que su carrera había concluido bajo el entendido que la cárcel no le permitiría continuar su carrera.

“Cuando me vi preso en la cárcel de la victoria pensé que todo había terminado para mí. Fueron muchas las lágrimas y horas de sufrimientos. No sabía qué hacer al ver a mi madre llorando y a mi padre preocupado, la verdad que en ese momento sentía que la vida no tenía sentido”, relató.
Para Brayan, las cosas empezaron a cambiar cuando un día en su celda lo fue a visitar el actual Comisionado de Boxeo, Franklin Núñez, quien luego de varios minutos de reproche lo invitó a que siguiera practicando boxeo con la promesa de que si lo hacia lo iba a ayudar.

“Jefe yo hago lo que sea lo que quiero es que me ayuden, no aguanto estar más tiempo aquí. Le hice caso al Comisionado me empecer mover con otros compañeros de prisión, lo que motivo a que se construyera un gimnasio en la propia cárcel y fue así como retome mi carrera que por momento la vi perdida”, sostuvo.

Recuerda que luego de tres años sin hacer nada retomó su carrera, logrando realizar unos seis combates en la propia cárcel, donde logró coronarse campeón nacional de las 175 libras.

Pérez Castillo cuenta que los combates en la cárcel lo motivaron e hicieron posible que su mentalidad fuera cambiando. “cada combate era una inspiración, me hacían entender que la puerta de la libertad estaba cerca, ya mi madre sonreía cuando me veía subir al ring y ganar, mi padre ya se sentía orgullo de mi, por eso cada vez quería hacerlo mejor”, dice.

El boxeo en la cárcel no solo dejo ver el talento de Brayan, sino que hizo posible en él un cambio de personalidad lo que motivo al Comisionado Franklin Núñez y al abogado Marcelo Carmona a gestionar su libertad.

“Recuerdo que un día Franklin me dijo que le gustaba el cambio que había notado en mi, buscó al abogado Marcelo Carmona, quien me asistió legalmente me ayudo a salir de la cárcel sin cobrarme un solo centavo, por eso tengo un agradecimiento eterno hacia ellos”, expresó.

Ya en libertad Brayan, inició una nueva etapa en su vida la cual, le va trazando una pauta diferente y de la que dice lo llevara al éxito total.
“Ya mi vida es un éxito, porque he cambiado, estoy libre, puedo ver y abrazar a mis padres, a mis hijos, cuando quiera, la gente me busca y se siente orgullo de mi, pero el éxito total llegará cuando sea campeón mundial y pueda darle todo q mama, papa y mis hijos necesiten”, precisó.
En camino hacia ese éxito dice haber encontrado a otro ángel en la persona del promotor Raymond Mota, presidente de la empresa Amaya Boxing, a quien define como su padre.

Recuerda que cuando salió de la cárcel no tenía a nadie que dirigiera su carrera hasta que encontró a Raymond Mota, quien le ha ofrecido todo su apoyo y esta guiando de manera correcta su carrera.
De las manos de Raymond mi carrera ha avanzado. Me enfrenté al ex campeón mundial Félix Valera lo que ayudó a posicionarme en la plaza local, he peleado con boxeadores internacionales, soy campeón nacional del peso súper mediano (168 libras) y sé que lo mejor está por venir, confío en Dios, en Raymond y en la empresa Amaya Boxing”, expresó Brayan, quien como profesional tiene marca de 13 victorias con una sola derrota.

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