SANTO DOMINGO.- Las autoridades dominicanas prohibieron el miércoles la venta al público de líquidos para destapar tuberías que tengan ácidos inorgánicos debido al incremento de su uso en hechos violentos.
Algunas de los destapacaños son conocidos en barrios populares como «ácido del diablo» debido a las severas quemaduras que produce en la piel y que incluso ha provocado muertes.
Según el médico Carlos de los Santos, director de la Unidad de Quemados del centro hospitalario Luis E. Aybar, desde la creación de esa entidad hace 18 años, 3.800 personas han sido atendidas por quemaduras graves ocasionadas por el «ácido del diablo».
Además, otras 33.000 personas han sido atendidas por la Unidad de Quemados, la más importante del país, debido a quemaduras de menor intensidad.
La mayoría de pacientes quemados con «ácido del diablo» fueron víctimas de agresiones premeditadas.
Están incluidos en la prohibición de venta directa al consumidor todos los destapadores de tuberías cuyos ingredientes activos sean ácidos sulfúrico, clorhídrico o nítrico. Las sustancias sólo serán vendidas para procesos industriales y empresas de servicios.
La Asociación de Ferreteros anunció el retiro inmediato de las sustancias de sus tiendas.
La compañía dominicana Krafts que produce con ácido sulfúrico el destapacaños El Plomerito indicó a la AP que aún no conocía la resolución en la que Pro Consumidor prohibió la venta de las sustancias.
El presidente de Krafts, Radhamés Ortiz recordó que hay productos que no cumplen con las regulaciones y copian ilegalmente el nombre de su marca.
Entre algunos de los recientes hechos de violencia, Ivanna Mercedes Villalona, de 19 años, murió el 30 de agosto a consecuencia de las quemaduras en todo el cuerpo que le ocasionó su pareja, Juan Pablo García, al rociarle «ácido del diablo». Su hija de ocho meses también murió por quemaduras provocadas por la sustancia.
El ácido también fue usado recientemente por una banda de adolescentes para asaltar taxistas, a quienes obligaban a tomar la sustancia para destruirle los órganos internos y luego los bañaban con el líquido para tratar de que los cuerpos no fueran identificados.
Los cinco adolescentes, entre ellos una joven de 15 años, provocaron la muerte a al menos siete taxistas y están detenidos en espera de ser condenados.
